viernes, 4 de junio de 2010

Expandir... (carta desde el centro de recuperación)


Amigo@s: les escribo estas líneas desde mi retiro en una granja de recuperación. Mis allegados me trajeron luego de mi última recaída (pasé varios días en sesiones ininterrumpidas de 7mo arte) y posteriormente caí un largo trance. Mi imaginación llegó donde nunca antes, pero con ella volaba lo que quedaba de mi cordura...

Pero bueno, aquí mi grupo de ayuda me contuvo en los peores momentos de abstinencia cinéfila,  y los doctores intentaron curarme con dosis masivas de realidad, (hecho por el cual me obligan a ver realitis insoportables, noticieros nauseabundos y otras yerbas similares). Pero como con ello no bastaba, me sometieron nuevamente a la tortura universitaria...

Y aquí estoy, leyendo y estudiando largas jornadas.para volver al mundo de los normales.. pero (siempre aparece un faro)  en una de esas sesiones encontré un texto (que dejo más abajo) que sacudió mi comatoso estado e inmediatamente comencé a planear mi fuga al mejor estilo  Andrew Dufresne... les cuento esto mientras saco un poco de tierra del sarcófago de la cotidianeidad real, donde me quieren mantener y con la esperanza de pronto volver al vicio libertario que permita continuar la expansión mental ... les envío saludos y ¡Pronto nos volveremos a poner en contacto!!

Los dejo con este magnífico mini cuento y todas las preguntas que surjan de él...







La hormiga


Por: Marco Denevi


Un día las hormigas, pueblo progresista, inventan el vegetal artificial. Es una papilla fría y con sabor a hojalata. Pero al menos las releva de la necesidad de salir fuera de los hormigueros en procura de vegetales naturales. Así se salvan del fuego, del veneno, de las nubes insecticidas. Como el número de hormigas es una cifra que tiende constantemente a crecer, al cabo de un tiempo hay tantas hormigas bajo tierra que es preciso ampliar los hormigueros. Las galerías se expanden, se entrecruzan, terminan por confundirse en un solo Gran Hormiguero bajo la dirección de una sola Gran Hormiga. Por las dudas, las salidas al exterior son tapiadas a cal y canto. Se suceden las generaciones. Como nunca han franqueado los límites del gran hormiguero, incurren en el error de lógica de identificarlo con el Gran Universo. Pero cierta vez una hormiga se extravía por unos corredores en ruinas, distingue una luz lejana, unos destellos, se aproxima y descubre una boca de salida cuya clausura se ha desmoronado. Con el corazón palpitante, la hormiga sale a la superficie de la tierra. Ve una mañana. Ve un jardín. Ve tallos, hojas, yemas, brotes, pétalos, estambres, rocío. Ve una rosa amarilla. Todos sus instintos despiertan bruscamente. Se abalanza sobre las plantas y empieza a talar, a cortar y a comer. Se da un atracón. Después, relamiéndose, decide volver al Gran Hormiguero con la noticia. Busca a sus hermanas, trata de explicarles lo que ha visto, grita: "Arriba... luz... jardín... hojas... verde... flores..." Las demás hormigas no comprenden una sola palabra de aquel lenguaje delirante, creen que la hormiga ha enloquecido y la matan.


(Escrito por Pavel Vodnik un día antes de suicidarse. El texto de la fábula apareció en el número 12 de la revista Szpilki y le valió a su director, Jerzy Kott, una multa de cien znacks).



Y para desmoldearse y expandir denle al play de la ironía...

Little Boxes



Little Boxes by Malvina Reynolds on Grooveshark



Traten de estar bien...